Si eres casado, no te habrá llevado mucho tiempo el saber que tu cónyuge es un poco “fallado”. Y él ha notado lo mismo de ti. Cuando los niños nacen, las madres dicen: “¡Es perfecto!”, pero todos sabemos que tener diez dedos en las manos y diez en los pies no es perfección. Si fuiste llamado al ministerio, no tardaste en darte cuenta que no todo era glamour y unción. A lo mejor no estás alcanzando tus sueños, porque te has divorciado de tu realidad. Un clásico.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario